Basta recordar aquella primavera,
en la cual conocí, en realidad a quien yo era.
Basta recordar para sentirme vivo,
esas manos tibias que me dieron alivio.
Basta sonreírme frente a un gran espejo,
y en mis ojos poder ver, a quien más yo quiero.
Gritar fuerte al viento en un corto tiempo,
cuanto soy felíz, cuanto yo te anhelo.
Saborear tus labios, oír tus latidos,
contemplar la noche, perderme en tus ojos.
Tratando de ser clara, no puedo encontrar
aún esas palabras, que te conquistarán.
Poder ver tu rostro lleno de alegría,
lleno de esperanza, harto de belleza.
Evitar tu cuerpo es la realidad.
Aún no se ha marchado todavía la pena.
Por eso lo escribo,
por eso lo digo,
mediante palabras,
mediante suspiros.
Berenice Rios.
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